Aceitunas Rumarín es una empresa familiar gestionada por dos hermanos que tomaron el relevo generacional de la empresa de manos de su padre.
La dedicación de la familia Rubio Marín data con anterioridad al 1939, en la Hacienda Los Graneros (Carmona). Isaías Marín, abuelo de los hermanos Rubio Marín, tenía en dicho lugar una pequeña fábrica de aceituna de mesa, una almazara con molino de piedra movido por animales y prensa de capachos con viga de madera.
En 1960, José Rubio Vélez, padre de los hermano Rubio Marín, inició en paralelo su actividad en la aceituna de mesa frente al emblemático Castillo de Luna, en Mairena del Alcor. Cinco años más tardes, adquirió una huerta a las afueras del pueblo donde continuó con su actividad de aderezo de aceitunas. En este mismo lugar, se construían además los barriles de madera donde fermentaba dicho producto.
En el año 1975 se creó Aceitunas Rumarín. Durante esta nueva etapa la empresa realizaba el relleno manual y se exportaban en barriles de madera y antiguos embalajes, fue en estos años cuando comienzan sus relaciones comerciales en el extranjero y su exportación a Estados Unidos.
Desde el año 1993, junto al traslado a unas nuevas instalaciones, la dirección y gestión de esta empresa es asumida por sus actuales dueños, nietos del fundador. Ambos hermanos han continuado invirtiendo, innovando y adaptando los procesos productivos a la actual normativa, apostando por mantener el sabor tradicional de sus productos y el carácter familiar de la empresa. Todo ello ha permitido aumentar la capacidad de producción, logrando de esta forma una producción media anual de aceitunas de 5.000 toneladas. En este sentido, el 20% de la producción total de aceituna es propia (sus principales variedades son manzanillas, gordales, verdiales y hojiblancas) ya que cuenta con una finca de aproximadamente 105 hectáreas.
Dentro de las principales variedades de aceitunas, destaca la dedicación por la manzanilla, gordal, verdial, y hojiblanca – con hueso, deshuesada, relleno en cinta continua y en pasta fluida. En cuanto al relleno, se pueden encontrar desde las más comunes (pasta de pimiento) hasta las más innovadoras (queso, limón, pimiento picante y jalapeño).
La producción de aceite de oliva se reanuda en 2008 con la creación de una almazara, que cuenta con la más equipada tecnología y una capacidad de molturación diaria de hasta 400.000 kilos. De la misma, se obtienen únicamente aceites vírgenes.
Como seña diferenciadora, esta empresa cuenta con el Certificado Kosher para exportar a la comunidad judía productos que éstos pueden consumir. Entre sus marcas, tanto de aceitunas como de aceite, se encuentra Rumarín, Castillo de Luna y Oleoalcores.
Entre los planes de futuro se contempla potenciar el comercio exterior, aunque ya en la actualidad comercializan con Estados Unidos, Francia, Alemania y Canadá.